Durante su estancia en Francia, Gastón aprendió a hablar el francés y perfeccionó su inglés que ya dominaba. Aunado
lo anterior a su refinada educación, no tardó en ser designado en 1890 como diputado de minas en el Distrito Sur del territorio
de la Baja California. A la fecha existen varios documentos sobre su gestión que consistió
más que todo en atender y resolver litigios, ayudado incluso con el uso de la fuerza pública como ocurrió en la controversia
suscitada entre una compañía minera mexicana y la compañía norteamericana El Progreso, asentada en el poblado de El Triunfo,
población que se encontraba en pleno auge industrial y económico.
En 1893 es propuesto y aprobado como agente consular de Italia debido a su excelente honorabilidad y refinada educación,
además de ser trilingüe, cargo temporal que abandona para convertirse en presidente municipal de La Paz en enero de 1894 por designación, justo cuando el presidente Porfirio Díaz cumplía
ya diez años en el poder. Don Gastón aclaramos, fue siempre un abierto adepto al porfirismo y el 15 de mayo de 1896 convocó
a varios ciudadanos distinguidos para la creación de la “Junta Central Porfirista”, que era una especie de comité
electoral similar al de otras entidades de la república, para poder operar las reelecciones y el sostenimiento político en
esta región.
Por eso no es extraño que los integrantes de esta “Junta Central Porfirista” hayan sido los mismos que
integraban la administración municipal que encabezó nuestro personaje aquí en La
Paz y a continuación los nombramos:
-Gastón J. Víves – Presidente
-Lic. Luis Mendoza – Vicepresidente
-Teófilo
Uzárraga – 1er. Vocal
-Wenceslao Espinoza – 2do. Vocal
-Ángel C. Ortiz – 3er. Vocal
‘José G. Esponda – 4to. Vocal
-Ignacio Ochoa – 5to. Vocal
-Félix González – 6to. Vocal
-Jaime Garriga – Tesorero
-Luis G. García – Secretario
-Adrián Valadés – Pro secretario
De las obras realizadas bajo su administración municipal se recuerda la construcción del edificio de la Presidencia Municipal en la esquina de Belisario Domínguez
y 16 de Septiembre (donde por cierto, no existe una placa conmemorativa y reivindicadora), el haber clausurado los cementerios
municipales ubicados en las calles de Independencia y Reforma y el otro sobre la calle Constitución, para reubicarlos en el
año de 1907 en un lejano predio denominado “Los Sanjuanes”, para lo cual tuvo que mandar exhumar todos los cadáveres.
Entre 1890 y 1894 se construyeron el Hospital Salvatierra y el Teatro Juárez, ésta última una obra financiada con aportaciones
de dinero del pueblo paceño y que se inauguró en 1895.
Durante los años que fungió como presidente municipal de La Paz
(enero de 1894 al 31 de mayo de 1911), Gastón J. Víves incursionó con bastante éxito como empresario, lo que sirvió le para
afianzar sus relaciones con personajes como Antonio Ruffo que ya había sido alcalde de éste puerto en 1877 además de ser entonces
el comerciante más prominente de la ciudad, con quien Víves se asoció para crear la “Compañía Criadora de Concha y Perla
de Baja California Sur, S.A.” (CCCP).
La gran capacidad de trabajo y administración que demostró Gastón en las actividades en que se ocupaba le trajo el
recelo y envida de muchos contemporáneos como es el caso del señor Miguel L. Cornejo, un ex militar que, según algunos registros
históricos de 1880, apareció peleando junto al general Manuel Márquez de León contra invasores norteamericanos y franceses.
Esta rivalidad entre Cornejo y Víves fue ríspida y llegó a niveles alarmantes tal y como sucedió el 28 de marzo de
1895 cuando ambos se liaron a golpes, según el testimonio registrado en la siguiente demanda penal:
“...se encontraba el señor Miguel L. Cornejo acompañado de su hermano Carlos M. y de Octaviano Ruffo, cuando
le increpó fuertemente a Víves que deseaba arreglar las cosas y dificultades entre ambos... a lo que el Sr. Gastón respondió
que no sabía a qué dificultades se refería y que además en lo personal no le interesaba alimentar una disputa entre ambos...
Cornejo a escuchar esto, se abalanzó contra Víves golpeándolo en la cabeza al tiempo de derribarlo al suelo en donde siguió
golpeándolo... al Sr. Gastón Víves lo ayudaron a levantarse Fortunato Moreno y Moisés Lara, tiempo que aprovechó para lanzar
un tiro al aire para dar aviso a la policía, pues era presidente municipal en
funciones... Los hechos se suscitaron frente a un establecimiento denominado El Coromuel al bajar la banqueta de la plazuela
pública...”.
Por este desaguisado, Miguel L. Cornejo fue condenado a pasar seis meses de prisión en la cárcel por el delito de lesiones
el 29 de marzo de 1895, los cuales cumplió y a partir de entonces le dispensó por el resto de su vida, un violento encono
contra todo lo que tuviera que ver con su adversario, al que consideró un enemigo a muerte y como lo veremos más adelante,
tomó venganza destruyendo y robando los bienes de don Gastón J. Víves cuando tuvo la oportunidad una vez que el terreno político
lo favoreció, cuando el porfirismo fue derrocado por el movimiento revolucionario de 1910.
El derrumbe de su exitosa carrera política y económica que llegó darle un reconocimiento mundial en su estatus de investigador
y ostricultor, se inició con la publicación de una carta el 27 de mayo de 1911 en la que lo señalaban de: “aprovechar
su cargo como presidente municipal en el que llevaba casi 20 años, buscando sólo el beneficio personal y no se ocupaba del
desarrollo social y político de la ciudad.. Además sabía muy bien que nunca fue electo por lo que representaba un obstáculo
que impedía a los ciudadanos de buena fe y verdaderamente patriotas, que deseaban el bienestar y ocupar su cargo”.
La despectiva misiva finalizaba: “usted es una persona que según usted mismo, lucha para obtener de la naturaleza
los difíciles secretos de la gestación y procreación de la concha de madreperla. Separándose de la presidencia y del ayuntamiento,
usted mismo podría con mayor amplitud de tiempo dedicar toda su atención al molusco que tanto le preocupaba”. Firmaban:
Ignacio y Carlos M. Cornejo así como los hermanos Fortunato y Fernando Moreno.
Devenido de esta situación el 31 de mayo de 1911 Gastón J. Víves presenta su renuncia al cargo de presidente municipal,
después de 17 años de ostentarlo, ante el general Agustín Sangínes gobernador y jefe político del territorio, mediante una
carta en los que explicaba los motivos de su separación voluntaria.
Declara al mismo tiempo que dejaba un haber de 10 mil 956.86 pesos en efectivo depositados en las cuentas del ayuntamiento,
lo que podía constatar el señor Adrián Valadés, tesorero de la administración municipal.
Como vemos, el señor Gastón Víves cierra así el capítulo de su incursión en la política y es importante recalcar aquí,
que nunca cobró un sueldo como presidente municipal ya que antes los cargos políticos eran honorarios, no se estilaba como
los que hoy en día entran a la política buscando un camino hacia el enriquecimiento ilícito y en corto plazo, escuela constituida
por el priísmo en 70 años de negra y nefasta historia de saqueo por demás conocida.
Cuando en el mes de junio se hace efectiva la renuncia, asume la presidencia el primer regidor, Teófilo Uzárraga.